Religión en Albania

La primera noción de rituales religiosos se remonta a los primeros habitantes de Albania, los Ilirios, quienes practicaban cultos a la Serpiente y al Sol. A día de hoy, en el folclore de Albania, aún se conservan tradiciones ilirias con la presencia de brujas, demonios, poderosos gigantes y héroes.

Convivencia católica y ortodoxa

En el s.I, el Cristianismo comenzó a extenderse con fuerza a través de la Vía Egnatia, que cruza Albania de oeste a este. De hecho, se cree que San Pablo visitó Durrës en uno de sus viajes entre Judea y Roma. En una primera instancia, las primeras comunidades cristianas fueron fieles a la Iglesia Católica, gracias a la incansable labor de los líderes espirituales albaneses e italianos que allí vivían. Según recientes descubrimientos arqueológicos, la Vía Egnatia también supuso la llegada del judaísmo a la zona donde actualmente se encuentran las ciudades de Saranda y Vlora.

Posteriormente, la caída del Imperio Romano, fue un punto de inflexión en la evolución religiosa de Albania. El Imperio quedó dividido en 2 en el año 395 y Albania pasó a formar parte del Imperio Romano de Oriente, dependiendo de Roma hasta el año 732, cuando fue sometida a Constantinopla. Los años siguientes fueron un choque constante entre Roma y Constantinopla. El Cisma de Oriente de 1054 mantuvo esta inestabilidad y división religiosa en Albania, encontrando a la mitad norte del país siendo fiel a la Iglesia de Roma y la región al sur del río Shkumbin seguía siendo fiel a la Iglesia Bizantina.

Aparición del Islam

La llegada de los turcos en el s. XV trajo consigo la irrupción del Islam. Los otomanos propiciaron la conversión de los albaneses a su fe, excepto en el Norte, donde el Catolicismo permanecía muy arraigado debido a la Cuarta Cruzada y el Imperio Latino. Los Balcanes jugaron un papel muy importante, ya que sus montañas y la resistencia de los sacerdotes católicos, impidieron que el Islam se difundiera en esta región. Totalmente diferente fue la situación de los ortodoxos del sur de Albania que, al estar expuestos al control de las autoridades, acabaron convirtiéndose en Criptocristianos. Los Criptocristianos públicamente adoptaron la fe islámica, pero en su intimidad, seguían manteniendo sus tradiciones ortodoxas. Con el paso del tiempo, la comunidad musulmana de Albania se dividió, encontrando a los sunitas en las ciudades y a los sufíes bektashíes en las zonas rurales.

Con la proclamación de su independencia, Albania contaba con un 70% de población musulmana, pero nada extremista, exhibiendo incluso una singular reelaboración de su culto: no era obligatorio que las mujeres usaran el velo y se abolió la poligamia, entre otros.

Primer estado ateo del mundo y posterior renacer religioso

Otro suceso histórico importante en la evolución religiosa de Albania fue la instauración de la dictadura del comunista Enver Hoxha. A finales de los años 60, Albania se convirtió en el primer estado ateo del mundo. En su Constitución de 1976 se promulga que “El Estado no reconoce ninguna religión y defiende y promueve la propaganda atea”. Las iglesias fueron convertidas en almacenes y depósitos, afectando profundamente a los creyentes albaneses. El fin de la dictadura llevó a un renacimiento religioso en el país. En la actualidad, el 70% de la población es musulmana, un 20% es ortodoxa, un 10% es católica y tan solo un 5% de la población se considera atea, aunque la fe no ocupa un lugar prioritario en la cultura del país, ya que destacan la convivencia pacífica y la identidad nacional por encima de todo.

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